6 tratamientos naturales para la EII

Existe un interés creciente por la medicina complementaria y alternativa (MCA) para la enfermedad inflamatoria intestinal por parte de pacientes e investigadores clínicos, y con razón.

La medicina complementaria y alternativa es la integración de tratamientos a base de hierbas, suplementos dietéticos, alimentos medicinales, medicina tradicional china (MTC) y técnicas cuerpo-mente junto con terapias convencionales. 

 

Estos tratamientos naturales pueden ofrecer el apoyo y el alivio que tanto necesitan los pacientes con EII al abordar mecanismos subyacentes a los que no se dirigen los tratamientos farmacológicos actuales.  Los estudios demuestran que ciertas hierbas, cambios en el estilo de vida y ajustes dietéticos pueden mejorar significativamente los síntomas, acelerar la remisión y abordar la desnutrición cuando se utilizan junto con la medicación estándar. Algunos de estos tratamientos naturales han permitido incluso a los pacientes suspender definitivamente la medicación, por lo que merece la pena conocer estas opciones.

 

Presentamos 6 prometedores tratamientos naturales para la EII que ofrecen apoyo al cuerpo en la recuperación:

1. Dietas de eliminación

Cada vez hay más pruebas de que la dieta desempeña un papel fundamental tanto en el desarrollo como en el tratamiento de la EII.

Ciertas dietas han demostrado ser sumamente beneficiosas para abordar algunas de las causas subyacentes de los brotes de EII, como la baja diversidad microbiana y el deterioro de la función de barrera intestinal.

Existen varias dietas muy populares entre los pacientes con EII, pero la más prometedora es la dieta antiinflamatoria para la EII (IBD-AID).

 

La dieta IBD-AID consta de 3 fases:

  • Eliminar los alimentos que desencadenan la inflamación (por ejemplo, hidratos de carbono, grasas saturadas, alimentos procesados, etc.).
  • Aumentar la diversidad microbiana y las bacterias «buenas» mediante pro y prebióticos para mantener la remisión (por ejemplo, alimentos fermentados y fibras solubles específicas).
  • Mejorar la absorción nutricional para fortalecer la salud general y ampliar las opciones alimentarias para incluir más micronutrientes, vitaminas, minerales y fibra.

Desarrollada a lo largo de 15 años, la dieta IBD-AID ha mostrado resultados muy prometedores en ensayos clínicos. En un estudio se observó que el 61,3% de los participantes experimentaron una disminución de la gravedad de los síntomas, y todos ellos declararon haberlos aliviado. Los investigadores también comprobaron que los pacientes que seguían la dieta mostraban niveles más altos de bacterias buenas, lo que aumentaba la probabilidad de remisión.

 

 

 

 

A cada paciente le convienen unas dietas u otras, dependiendo de su constitución y de la fase de la enfermedad en que se encuentre.

Le recomendamos encarecidamente consultar con su médico, nutricionista o dietista para encontrar el plan de dieta que mejor se ajuste a usted.

2. Remedios a base de plantas para la EII

De los muchos tratamientos a base de plantas que se están estudiando clínicamente para la EII, la curcumina es la que ha suscitado más interés. 

La curcumina es el principio activo de la cúrcuma y se ha utilizado ampliamente en la MTC y la medicina ayurvédica para tratar trastornos digestivos.

En los primeros estudios con animales se descubrió que el compuesto contiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que se cree ayudan a inducir y mantener la remisión en pacientes con EII. 

Un ensayo posterior en humanos comprobó que los pacientes que no respondían al tratamiento con 5-ASA lograban la remisión a las pocas semanas de añadir curcumina a su terapia farmacológica convencional.


 

En un tercer ensayo se demostró la capacidad de la curcumina para mantener la remisión en pacientes con EII inactiva y se observó que el número de pacientes que recaían mientras tomaban curcumina era menor que entre los que no lo tomaban. 

Aunque resulta muy prometedora, la curcumina debe integrarse con su tratamiento actual, y es importante ingerir la concentración y la dosis adecuada para su situación específica.

3. Acupuntura y moxibustión

La acupuntura se ha utilizado ampliamente en la MTC para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal. Consiste en colocar agujas finas en la piel en determinados puntos de presión. Estos puntos se consideran canales de «qi», o fuerza vital, dentro del cuerpo. La base es que cuando estos canales están bloqueados, nuestro «qi» se estanca, causando dolor y enfermedad. La acupuntura puede aumentar el flujo sanguíneo y reducir la inflamación para ayudar a controlar o aliviar los síntomas de la EII.

Muchos médicos combinan esta práctica con la moxibustión, que consiste en quemar conos secos de artemisa en los puntos de presión para mejorar la curación durante la acupuntura.

 

Los estudios demuestran que las sesiones regulares de acupuntura y moxibustión pueden ofrecer beneficios terapéuticos a los pacientes con EC. Un estudio, en particular, mostró mejoras significativas en varios marcadores de actividad de la enfermedad en pacientes con EC.

 

La acupuntura también puede ser útil para aliviar la depresión y la ansiedad, que los pacientes con enfermedad de Crohn sufren con mayor frecuencia (con una probabilidad de entre un 20 y un 30%). Y puesto que se sabe que ambas condiciones empeoran la actividad de la enfermedad de Crohn, la acupuntura podría ofrecer el apoyo necesario definitivo para el cuerpo y la mente.



4. Vitamina D

Alrededor del 68% de los pacientes con enfermedad de Crohn activa sufren una deficiencia de vitamina D. 

 

Los investigadores han observado esta asociación, dando lugar a una serie de ensayos que examinan la relación entre la EII y los niveles bajos de vitamina D.

Un estudio descubrió que la mejora de la ingesta de vitamina D disminuía la gravedad de la enfermedad en varios pacientes con Enfermedad de Crohn.

 

Es necesario seguir investigando, pero los resultados indican que unos niveles elevados de vitamina D pueden ofrecer beneficio terapéutico a los pacientes con EII. 

 

Ello podría deberse a varias razones cómo que el aumento del nivel de vitamina D combate activamente la inflamación y ayuda a estabilizar la integridad del revestimiento intestinal. Además, la vitamina D desempeña un papel importante en la producción de serotonina, por lo que mejora situaciones como el estrés y la depresión, que agravan los brotes.

 

La luz solar es la mejor fuente de vitamina D, pero en invierno los suplementos de la misma pueden ser igual de beneficiosos. También puede aumentar sus niveles de vitamina D consumiendo:

  • Pescados grasos
  • Carne de vacuno
  • Hígado de pollo
  • Aceites de pescado
  • Mantequilla
  • Leche enriquecida
  • Leche de soja

5. Fibra soluble y ácidos grasos de cadena corta

La fibra soluble absorbe la humedad presente en el intestino, aliviando síntomas como la diarrea. Durante la digestión, la fibra soluble se convierte en ácidos grasos de cadena corta (AGCC), conocidos por mantener la integridad de la barrera intestinal y proteger al intestino de la inflamación.

Su importancia reside en que, la EII se caracteriza por una alteración de la función de barrera intestinal, causada inicialmente por la inflamación, por lo que, un aumento de la ingesta de fibra soluble combatiría las dos causas fundamentales de los brotes de EII, ayudando a conseguir una remisión más duradera.

La fibra soluble se encuentra en 

  • Harina de avena
  • Frutas
  • Verduras
  • Alubias
  • Lentejas
  • Guisantes
  • Cereales integrales.

 


Tenga en cuenta la fibra soluble sólo se recomienda para pacientes que
ya están en remisión, ya que demasiada fibra durante un brote puede ser más perjudicial que beneficiosa.

Recomendamos consultar con su médico, nutricionista o dietista al respecto.

6. Alivio del estrés

Los estudios indican una clara relación entre el estrés y el aumento de la gravedad de los síntomas. Muchos pacientes informan de períodos estresantes antes de los brotes, lo que concuerda con los resultados de las últimas investigaciones sobre el eje cerebro-intestino

Ahora sabemos que el estrés afecta gravemente a nuestra salud inmunitaria, y viceversa. Una mala salud intestinal puede ser la causa subyacente del estrés, la depresión y la ansiedad, ya que el intestino, el cerebro y el sistema inmunitario están estrechamente conectados y son interdependientes. Una alteración en un sistema puede desequilibrar a todos los demás.

 

Parece que necesitamos un intestino sano para tener una mente sana y un sistema nervioso tranquilo para disfrutar de un intestino sano.

Por eso es importante tener a mano un puñado de herramientas que nos ayuden a aliviar el estrés. Por ejemplo, la meditación, preparados herbales calmantes, el movimiento suave, escuchar música que te guste (se ha demostrado científicamente que reduce el estrés), pasear por la naturaleza (estupendo para el estrés y la diversidad microbiana), el autocuidado o simplemente dedicar tiempo a no hacer absolutamente nada. El cuerpo necesita descansar tanto como moverse, para recuperarse.

Un camino natural hacia la recuperación

La ciencia lo demuestra: las enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal se deben en gran medida a factores estresantes del entorno 

Y es más evidente a medida que más y más países en desarrollo muestran un fuerte aumento de los casos de enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, cuando más se adaptan a la cultura occidental.

 

Los alimentos ultraprocesados y la cultura acelerada de Occidente han distanciado excesivamente nuestro sistema fisiológico del mundo natural, provocando desequilibrios intestinales, inflamación y una inmunidad debilitada que puede dar lugar a enfermedades de por vida. Pero ajustando nuestra dieta y estilo de vida, e integrando el uso de tratamientos naturales, podemos apoyar mejor el retorno del cuerpo a la salud y al equilibrio.

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